Como amantes del Arte en todas sus manifestaciones reivindicamos el pleno respeto por las libertades individuales, pues somos conscientes de que sólo sin censuras y temores de ninguna naturaleza el Arte se expresa plenamente. Sin ataduras, sin atajos, sin sombras que oblicuamente se metan en sus intersticios, el Arte alcanza su ideal de belleza al promover el conocimiento, la diversidad, las contradicciones, entre otras características propias de la vida del hombre en sociedad.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Enmudecer la lluvia, de Guillermo Forchino

Análisis/Crítica de "Enmudecer la lluvia" por Miguel Angel Cannone

de Ayni Comunicación, el El Martes, 19 de octubre de 2010 a la(s) 13:28 ·

Por Miguel Angel Cannone
Cineasta, profesor universitario en las carreras Licenciatura en Artes y Diseño de Imagen y Sonido (UBA).
Director de la "Sección Cine" del Instituto de Artes del Espectáculo de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA).
Director del Departamento de Cine, Audio y Video del Archivo General de la Nación.


1. El texto me resultó teatral y de una factura perfecta. Forchino elige una situación sin solución de continuidad y mantiene el crecimiento dramático con una maestría que me deslumbró. Los diálogos tienen el ritmo exacto para mantener el ritmo de la acción. Eso es teatro clásico de primera.  El autor demuestra una gran valentía, convicción y claridad en lo que quiere. Entre la variedad de temas que se disparan del texto, destaco la evidencia del fracaso existencial de la mujer por vivir una realidad inexistente (es tremendo y de una gran síntesis dramática que la sola exhibición de la libreta de casamiento por parte del joven tenga semejante efecto revelador) y el fracaso existencial del joven al perder al ser amado por su muerte. Éste es de carácter más metafísico, si bien quedan dudas acerca del preciso sentido de esa muerte. El joven dice a la mujer algo así como "por qué moriste" y en otro momento "¿sabías que él había pensado en suicidarse?"  Intensas preguntas que  quedan sin respuesta.

2. La puesta es exacta. No hay rebuscamientos ni gratuidades. Los simples desplazamientos tienen funcionalidad dramática y algunos cobran gran intensidad: los acercamientos del joven a la ventana de la izquierda, sus enojos, intentos de insolencia (se tira en el suelo), el desolador llanto de la mujer al final, su postura compuesta -casi rígida-, los enfrentamientos cara a cara de los dos, entre otros, ponen en evidencia que ninguno es el ganador: sólo son seres que sufren. La escenografía es funcional y sorprendentemente rica y expresiva, teniendo en cuenta las limitaciones que ponen este tipo teatros. Lo mismo la iluminación. Los cadenciosos oscurecimientos acompañados con una excelente e intensa música original actúan a la manera de pausas que prometen el agravamiento de la situación y contribuyen a la estructura dramática general.

3. Las actuaciones. Los actores responden en un todo a los requerimientos de los desgarrados personajes. El aspecto físico y su intensidad interior, sólo a veces exteriorizada en forma evidente, logran una carga emocional de primer orden. Consiguen que el doloroso dramatismo  del texto crezca en el ánimo del espectador con intensidad inusitada hasta rematar en el final. Bastó para advertirlo la actitud del público. Es un acierto que el texto comience con el joven solo en escena y finalice con la mujer en soledad. Con ello se logra identificar el dolor de los dos y cierra el círculo de tres vidas (también la del hombre ausente) destinadas al fracaso y a la soledad. Uno no puede menos que enamorarse de esos actores, quienes por la conmoción que producen quedan presentes mucho después de finalizar la obra. Es indudable que por su texto y puesta estamos ante una obra artística, pues es imposible salir del teatro como se entró, cosa difícil en el teatro actual, más propenso a lo inmediato y a lo superficial. Y eso hay que agradecérselo a un equipo joven y extraordinario que con evidente seriedad y entusiasmo logró semejante resultado. ¡Felicitaciones! ¡Y a no perdérsela!.


Enmudecer la lluvia
de Guillermo Forchino
Domingos 19 hs
Teatro La Tertulia - Gallo 826
Entrada $40
Reservas: 6327-0303


 Guillermo Forchino y Liliana Capuro