Morón City Blues, , guión y dirección Pablo Gaullar
Crítica y comentario por Miguel Ángel Cannone

Morón City Blues es una obra artística sorprendente. Debemos estar atentos a su realizador. No es común encontrar obras cinematográficas de tanto peso y a un autor al que, por su sentido cinematográfico y su profundidad conceptual, es fácil vaticinarle un futuro fecundo. Por eso no debemos quedar indiferentes.
¿Qué habría pasado si cuando apareció Jim Jarmusch en escena lo hubiésemos ignorado? No lo digo por el diferente estilo de estos dos realizadores sino por poner un caso, pues también Jarmuch comenzó en el cine independiente y con su segundo filme Stranger Than Paradise (1984) nos maravilló. Y más adelante vendría nada menos que Dead Man (1995), entre otras obras valiosas.
Los que amamos el arte cinematográfico y el arte en general, debemos estar atentos a estos chispazos geniales. No hay muchos, aunque a veces, por distintas razones, se pretende encontrar la “el mejor filme de la historia del cine” (¡Nada menos!) o “el filme más importante del año”. Seamos sensatos y fijemos la vista y nuestros sentidos allí donde hay que hacerlo.
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