Como amantes del Arte en todas sus manifestaciones reivindicamos el pleno respeto por las libertades individuales, pues somos conscientes de que sólo sin censuras y temores de ninguna naturaleza el Arte se expresa plenamente. Sin ataduras, sin atajos, sin sombras que oblicuamente se metan en sus intersticios, el Arte alcanza su ideal de belleza al promover el conocimiento, la diversidad, las contradicciones, entre otras características propias de la vida del hombre en sociedad.

martes, 1 de abril de 2014

Cuando la justicia se diluye

Escenarios de la vida nacional

Ante los aberrantes episodios ocurridos en estos últimos días, en los que grupos de vecinos comunes se encarnizaron con salvajismo contra jóvenes ladronzuelos, consignamos como caso testigo el de David, quien murió unos días después de la agresión recibida.




Mataron a David, como 50 personas fueron, los pocos diarios que lo publican dicen que los agresores eran todavía más. David es un pibe que salió a chorear porque quería cosas: droga, zapatillas piolas, qué se yo, cosas. Salió a dar miedo y quizás alguna vez haya disparado un arma, no lo sabemos y no se lo podremos preguntar. Salió y robó porque seguro sus amigos del barrio también lo hacen, porque la escuela que dejó no pudo ayudarlo a entender otra manera de vivir, porque ninguna organización barrial llegó a dar con él, porque de pibe capaz vendía pañuelitos y se rompió los huevos de que lo echen de los bares, no sé, algún motivo permite en este universo que una persona desde que es un guachín pueda pensar que robar está bien, una situación que nos implica a todos y que nos deja en iguales condiciones de víctimas a los que roban y a los que son robados. Puede que responsables de esto los haya más y menos en cuestión de calidad, pero todos tenemos nuestra parte, algunos se hacen cargo de las cosas que pasan, por suerte sigo conociendo a muchas personas así. Otras matan a golpes a un pibe, y como eran entre 50 y 100 no puedo saber si los conocía, lo que sí lamentablemente conozco es gente compartiendo la noticia con comentarios que los hacen cómplices de un homicidio. Algunos incluso se ríen de lo sucedido, serán insensibles, o muy pelotudos, pero les juro que se ríen de que padres de familia se hayan juntado hace tres días para romperle la cabeza a patadas a alguien que agonizó hasta hoy y que no aguantó más, que se murió. Un pibe que si ellos tuvieran la oportunidad de mirar a los ojos con amor verían su historia entera llena de miedo, angustia, mierda, odio, gritos, dolores, también tuvo colores y hasta ilusiones. Me juego todo a que sería así porque se de lo que hablo, se de amar a un pibe que chorea, se lo que es aprender mucho de ellos, de transformarnos, volvernos más humanos juntos, ojalá ustedes puedan saberlo algún día, porque yo estuve del otro lado, donde uno piensa que está vivo y en realidad no está más que respirando", de Joaquín Gómez Hernández, Caleidoscopio, del barrio Ludueña.