Ante las
innumerables arbitrariedades de todo tipo que se realizan en el Teatro Colón
con el beneplácito de las autoridades de la CABA, y frente al inminente inicio
de actividades ajenas a las que el Teatro tiene asignadas por ley, nos
preguntamos lo siguiente:
¿La Legislatura
de de la CABA, en vez de hacer publicidad en TV mintiendo que nos representa a
los vecinos, no debería tomar alguna medida? ¿Y la justicia, por el simple
hecho de que no se respeta la Ley? ¿Y la autodenominada oposición política? ¿Y
los gremios, aquellos que arreglaron con el Gobierno de la Ciudad? ¿Es mucho lo
que gana SUTECBA dejando que el Colón se derrumbe? ¿Y las organizaciones
referidas al patrimonio y a monumentos históricos? ¿Y Clarín y La Nación no
tienen nada que decir? Por el contrario, son sponsors y Clarín difunde por TV
los adefesios impensables presentados en
el Colón como el gran espectáculo y
confundiendo al público. Y hay tantos otros que correspondería intervinieran.
Los propios artistas del Teatro deberían unirse y pedir que saquen de una vez y
a patadas a los corruptos que lo dirigen.
Me refiero a todo el directorio, nombrado en parte fuera de la Ley y
comandados por su pésimo director general. Sí, éste, que es el mejor director
que las autoridades de la CABA encontraron para dirigir semejante Teatro.
También da bastante vergüenza que el público haga poco y nada. Muchos se
conforman con que la pobre temporada de ópera se cumpla y el teatro no se
cierre, como lo hizo la anterior gestión, que lo dejó desmantelado, a punto de desguazarlo y semi-inundado. No obstante,
debemos conceder que muchos abonados y habitués ya se fueron del teatro y otros
están preparando las valijas. El público comienza a venir gracias a las
atenciones empresarias y al turismo, mucho más rentables para los negocios
privados en los que está embarcada la actual gestión del Teatro.
Nota: ésta es la
primera de una serie de notas con las que seguiremos la complicada y grave
situación del Teatro Colón.